martes, 2 de junio de 2020

Acompañando el control de esfínteres



¡DEJAMOS EL PAÑAL!

Acompañando el control de esfínteres

Entendemos por control de esfínteres el reconocer cuando se tienen ganas de hacer pis o caca y ser capaces de aguantar para hacerlo en el lugar adecuado.
Se trata de un hito evolutivo. Esto quiere decir que cada niño o niña lo logra cuando su cuerpo está maduro para hacerlo. No existe una edad concreta en la que se adquiere, unos lo alcanzan antes, y otros después. Puede darse entre los 18 meses y los 5 años. No debemos agobiarnos si nuestro hijo o hija ya ha cumplido los tres años y aún no lo ha adquirido, ten presente que ningún adulto sano necesita pañal, es cuestión de tiempo.
Requiere una madurez cognitiva, neurológica, motora y emocional, que, además, deben estar coordinadas, por lo que no se trata de algo sencillo. Tampoco es un proceso que debamos acelerar, debemos observar y atender a las señales que van dando, ayudarles y acompañarles en el proceso.
Desde una perspectiva más actual, y respetuosa con los niños y niñas, que incorpora el aspecto emocional como un pilar importante en el desarrollo, debemos tener en cuenta la siguiente idea: “El pañal no se quita, se deja”.



¿Cómo reconocer cuando están preparados?
Existen algunas señales que podemos ir observando en ellos, y que nos irán indicando que el proceso ha comenzado. Esto no significa que, en el momento que aparezcan ya puedan dejar el pañal, pero será el momento de ir introduciendo algunos cambios.
Podemos observar si, por ejemplo:
-       El pañal está seco en algunos cambios.
-       Quiere sentarse en el orinal o váter por iniciativa propia.
-       Muestra curiosidad por lo que hacemos los adultos en el váter.
-       Se esconde para hacer caca (como hacemos los adultos).
-       Empieza a decir que se ha hecho pis o caca después de hacerlo



 Qué debemos evitar:

-       Todos hacemos caca y pis, es una necesidad de nuestro cuerpo como es comer, por lo debemos vivirlo como algo natural, evitando comentarios del tipo “Buag, que asco”.
-       Si utilizamos la palabra “caca” para nombrar la suciedad, lo que se nos cae al suelo… y luego decimos que el orinal es para hacer caca, no facilitamos mucho vivirlo con naturalidad y de forma positiva.
-       Regañar, castigar, ridiculizar… aunque sea de forma sutil “¡otra vez se te ha escapado!”, “tan grande y con pañal”, “el pañal es de pequeños”. No debemos olvidar la importancia que tiene lo emocional en este proceso. Tampoco utilizar premios, es la otra cara de la misma moneda.
-       Obligar a que se siente en el orinal, si no quiere, no tiene ningún sentido. Para hacer pis y caca debemos estar relajados, y, por supuesto, debe ser un momento agradable.


Algunas pautas para acompañar el proceso:
-       Explicarle qué es el orinal y para qué sirve.
-       Si no nos incomoda, podemos dejar que nos vea a nosotros cuando vamos al baño, con naturalidad
-       Dejar que conozcan su cuerpo, lo exploren.
-       Poner palabras a lo que ocurre: hacemos pis y caca (o las palabras que elijamos para nombrarlo).
-       Ponerle ropa cómoda, y favorecer que sea autónomo en ponérsela y quitársela.
-       Podemos ofrecerles sentarse en el orinal en determinados momentos: al levantarse, antes de comer, antes del baño, antes de salir a la calle o al volver…, especialmente si son momentos en los que nosotros también utilizamos el váter.
-       A lo largo del día, podemos aprovechar algún momento para ver cuentos relacionados con el tema, suelen gustarles mucho y nos permiten sacar el tema con naturalidad. Debemos contarlos igual que contamos otros, sin darle mayor importancia ni ningún tratamiento especial.
Algunas recomendaciones pueden ser:

 & El libro de los culitos      & Todo el mundo va       & ¿Puedo mirar tu pañal?
                          
& Mimi usa el orinal                      & Marina/Edu ya no quiere llevar pañales
                                       

&El topo que quería saber quién se había hecho aquello en su cabeza.
                               
&¡Voy!                      &Quién ha visto mi orinal              &Tengo pis
                                       

& Ya he acabado            & ¡Tengo pipí!              & ¡Adiós, pañal!
                                          
& Cacanimales
(Actualmente está descatalogado, pero merece la pena una visita a la biblioteca para buscarlo)
        
Pasamos a la acción:
                                       
Cuando nuestra hija o hijo se sienta de forma habitual y relajada en el orinal, y siempre hace pis, o caca, es el momento de retirar el pañal. Probablemente él o ella ya lo haya expresado, y “le moleste”. No es necesario hacer una gran fiesta, pero si explicarle que creemos que ya no lo necesita, y que, si está de acuerdo, no lo va a utilizar más. Si la niña o el niño se niega, es mejor no forzar, seguimos usando el pañal, y le mostramos que está seco todo el tiempo, pero sin insistir.
Muchas familias deciden esperar a verano, o primavera para dar este paso. Es frecuente que, al quitar el pañal se produzcan escapes (a pesar de que con el pañal estaba seco/a todo el tiempo). Pero, no es necesario esperar, si está preparado, será cuestión de pocos días, aunque es normal que durante un tiempo haya escapes puntuales.
Al principio puede ser conveniente recordarles cada cierto tiempo (una hora u hora y media), que tiene que ir al baño, sobre todo en momentos de juego, porque no estará pendiente de las señales fisiológicas que le mande su cuerpo.
Cuando haya “escapes”, no regañar ni castigar. Entran dentro de lo natural. Podemos hacerles partícipes activos del cambio de ropa, limpieza de la zona mojada… Pero sin culpabilizar.
Al principio, se puede mantener el pañal en la siesta, y, por último (puede tardar algún tiempo), se dejará el pañal nocturno. Recordad que no hay prisa, hay que estar atentos a las señales y respetar su proceso de maduración.


En ocasiones, una retirada excesivamente temprana puede provocar alguna dificultad, como estreñimiento, excesivo aguante… También se darán múltiples escapes. Es importante mantener la decisión de retirar el pañal si ya la hemos puesto en marcha, no es conveniente alternar periodos con pañal y otros sin él.[1]
El control de esfínteres es un hito más en el desarrollo de los niños y niñas, debemos afrontarlo con tranquilidad, respetando los tiempos que cada uno necesite.
                                       
POSIBLES DIFICULTADES[2]:
En ocasiones, aparecen algunas dificultades que van más allá del propio control de esfínteres, y tienen que ver con otros factores. Por ejemplo:
No se quiere sentar en el orinal: Si bien la mayoría de los niños y niñas quieren sentarse en el orinal o en el váter, no a todos les llama la atención o les parece atractivo. El orinal es un objeto que está frio, hay un “agujero” que no da estabilidad…
¿Qué podemos hacer? En primer lugar, no obligarle, como ya hemos dicho, es importante que sea un momento agradable. Es conveniente hacer uso de cuentos, para normalizar el hecho de sentarse en el orinal, e incluso permitir que nos acompañe cuando nosotros hagamos uso del mismo. En ocasiones, este rechazo está relacionado con la “sensación” de sentarse desnudo, por lo que debemos animarle a descubrir distintas sensaciones. Podemos comenzar con manipulación de distintas masas (Plastilina, masa de sal, arena lunar...), pintura de dedos, incluso comer algún alimento con las manos.
También es posible utilizar el momento del baño para que se siente desnudo, o solo con el pañal en alguna superficie (una silla, por ejemplo), mientras llenamos la bañera, o para ayudarnos a desvestirle. De esta forma, haremos que vaya sintiendo una sensación similar, sin forzar el uso del orinal.


Si la presencia del orinal produce tensión, empezaremos por jugar con él (fuera del contexto del baño). Se puede jugar a decorarlo, a que los muñecos hagan caca… sin perder la funcionalidad del orinal, eso sí. Es decir, no jugar a que es un sombrero, o un plato donde comen los muñecos. Es un orinal, y sirve para hacer pis y caca.
                                          

Le da miedo hacer caca: Muchos niños no quieren hacer caca en el váter o en el orinal. En ocasiones tienen miedo al propio hecho de hacer caca (piensan que están perdiendo algo de su cuerpo). Otras, lo que les preocupa es el váter en sí (por si se cuelan, o si sale algo de él).
También es posible que hayan tenido alguna situación de estreñimiento en la que les haya dolido, y tengan miedo a ese dolor.
En cualquier caso, es una situación que debemos ayudar a resolver, ya que aguantarse las ganas de ir al baño, puede generar problemas de salud, y cuánto más se aguante, más doloroso será luego, pudiendo causar fisuras.
¿Qué podemos hacer? En primer lugar, es importante eliminar la tensión que esta situación produce. No hay que regañar o castigar al niño por no querer hacer caca. Además de indicaciones ofrecidas previamente (contar cuentos, decorar el orinal…), podemos jugar con plastilina marrón, arcilla… a modelar distintos tipos de caca, dándole un tono divertido.
Es importante crear una rutina diaria. Es fundamental ir todos los días al baño (no sólo para los niños). Es conveniente buscar un momento del día, en el que estemos todos relajados para ir al baño. Este momento no debe durar más de 5 minutos. Durante ese tiempo podemos leer cuentos relacionados con el tema, o de otro tipo. Para evitar que el niño o la niña lo viva como un castigo, también se puede dedicar ese tiempo a jugar con algo que le guste, a pintar, a cantar…

Por otra parte, podemos permitir que el niño nos acompañe cuando nosotros hacemos caca. Esta pérdida de nuestra intimidad (que será algo temporal), nos permite enseñarle que no pasa nada malo. Cuando hayamos terminado, podemos decirle adiós a la caca juntos, dejamos que el tire de la cadena… y que vea que puede ser algo divertido.
Por último, puede ser conveniente aumentar la fibra en su dieta, de forma que resulte más fácil ir al baño (o más difícil aguantarse las ganas). Podemos añadir más frutas y verduras en su dieta y evitar alimentos que estriñen, como el arroz, la zanahoria, plátano, manzana. Si fuera necesario, se puede acudir al pediatra.























Bibliografía:
http://actividadesparaguarderia.blogspot.com/2019/06/dejar-el-panal-y-el-control-de.html                           


[1] No siempre es sencillo interpretar las señales de cada niño. Puedes consultar a la educadora de tu hija/o si tienes dudas, o han surgido dificultades en el proceso.
[2] El proceso de adquisición del control de esfínteres puede ser largo, no dudéis en consultar con la educadora de vuestra hija o hija, si aparecen dificultades, o si persisten en el tiempo.

PODÉIS DESCARGAR LA ENTRADA COMPLETA EN PDF EN EL SIGUIENTE ENLACE: DEJAMOS EL PAÑAL: acompañando el control de esfínteres

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