¡DEJAMOS EL PAÑAL!
Acompañando el control
de esfínteres
Entendemos
por control de esfínteres el reconocer
cuando se tienen ganas de hacer pis o caca y ser capaces de aguantar para
hacerlo en el lugar adecuado.
Se
trata de un hito evolutivo. Esto quiere decir que cada niño o niña lo
logra cuando su cuerpo está maduro para hacerlo. No existe una edad concreta en
la que se adquiere, unos lo alcanzan antes, y otros después. Puede darse entre
los 18 meses y los 5 años. No debemos agobiarnos si nuestro hijo o hija ya ha
cumplido los tres años y aún no lo ha adquirido, ten presente que ningún adulto
sano necesita pañal, es cuestión de tiempo.
Requiere
una madurez cognitiva, neurológica, motora y emocional, que, además,
deben estar coordinadas, por lo que no se trata de algo sencillo. Tampoco es un
proceso que debamos acelerar, debemos observar y atender a las señales que van
dando, ayudarles y acompañarles en el proceso.
Desde
una perspectiva más actual, y respetuosa con los niños y niñas, que incorpora
el aspecto emocional como un pilar importante en el desarrollo, debemos tener
en cuenta la siguiente idea: “El pañal no se quita,
se deja”.
¿Cómo reconocer
cuando están preparados?
Existen
algunas señales que podemos ir
observando en ellos, y que nos irán indicando que el proceso ha comenzado. Esto
no significa que, en el momento que aparezcan ya puedan dejar el pañal, pero
será el momento de ir introduciendo algunos cambios.
Podemos
observar si, por ejemplo:
- El pañal está seco en algunos cambios.
- Quiere sentarse en el orinal o váter por
iniciativa propia.
- Muestra curiosidad por lo que hacemos los
adultos en el váter.
- Se esconde para hacer caca (como hacemos
los adultos).
- Empieza a decir que se ha hecho pis o caca
después de hacerlo
Qué debemos evitar:
- Todos hacemos caca y pis, es una necesidad
de nuestro cuerpo como es comer, por lo debemos vivirlo como algo natural,
evitando comentarios del tipo “Buag, que asco”.
- Si utilizamos la palabra “caca” para
nombrar la suciedad, lo que se nos cae al suelo… y luego decimos que el orinal
es para hacer caca, no facilitamos mucho vivirlo con naturalidad y de forma
positiva.
- Regañar, castigar, ridiculizar… aunque sea
de forma sutil “¡otra vez se te ha escapado!”, “tan grande y con pañal”, “el
pañal es de pequeños”. No debemos olvidar la importancia que tiene lo emocional
en este proceso. Tampoco utilizar premios, es la otra cara de la misma moneda.
- Obligar a que se siente en el orinal, si no
quiere, no tiene ningún sentido. Para hacer pis y caca debemos estar relajados,
y, por supuesto, debe ser un momento agradable.
Algunas pautas para
acompañar el proceso:
- Explicarle qué es el orinal y para qué
sirve.
- Si no nos incomoda, podemos dejar que nos
vea a nosotros cuando vamos al baño, con naturalidad
- Dejar que conozcan su cuerpo, lo exploren.
- Poner palabras a lo que ocurre: hacemos pis
y caca (o las palabras que elijamos para nombrarlo).
- Ponerle ropa cómoda, y favorecer que sea
autónomo en ponérsela y quitársela.
- Podemos ofrecerles sentarse en el orinal en
determinados momentos: al levantarse, antes de comer, antes del baño, antes de salir
a la calle o al volver…, especialmente si son momentos en los que nosotros
también utilizamos el váter.
- A lo largo del día, podemos aprovechar
algún momento para ver cuentos relacionados
con el tema, suelen gustarles mucho y nos permiten sacar el tema con
naturalidad. Debemos contarlos igual que contamos otros, sin darle mayor
importancia ni ningún tratamiento especial.
Algunas
recomendaciones pueden ser:
& El libro de los culitos & Todo el mundo va & ¿Puedo mirar tu pañal?
& Mimi usa el orinal & Marina/Edu ya no quiere
llevar pañales
&El topo que quería saber quién
se había hecho aquello en su cabeza.
&¡Voy! &Quién ha visto mi orinal &Tengo pis
& Ya he acabado & ¡Tengo pipí! & ¡Adiós, pañal!
& Cacanimales
(Actualmente está descatalogado, pero merece
la pena una visita a la biblioteca para buscarlo)
Pasamos a la acción:
Cuando
nuestra hija o hijo se sienta de forma habitual y relajada en el orinal, y
siempre hace pis, o caca, es el momento de retirar el pañal. Probablemente él o
ella ya lo haya expresado, y “le moleste”. No es necesario hacer una gran
fiesta, pero si explicarle que creemos que
ya no lo necesita, y que, si está de acuerdo, no lo va a utilizar más. Si la niña
o el niño se niega, es mejor no forzar,
seguimos usando el pañal, y le mostramos que está seco todo el tiempo, pero sin
insistir.
Muchas
familias deciden esperar a verano, o primavera para dar este paso. Es frecuente
que, al quitar el pañal se produzcan escapes (a pesar de que con el pañal
estaba seco/a todo el tiempo). Pero, no es
necesario esperar, si está preparado, será cuestión de pocos días,
aunque es normal que durante un tiempo haya escapes puntuales.
Al
principio puede ser conveniente recordarles
cada cierto tiempo (una hora u hora y media), que tiene que ir al baño, sobre
todo en momentos de juego, porque no estará pendiente de las señales
fisiológicas que le mande su cuerpo.
Cuando
haya “escapes”, no regañar ni castigar. Entran
dentro de lo natural. Podemos hacerles partícipes activos del cambio de ropa,
limpieza de la zona mojada… Pero sin culpabilizar.
Al
principio, se puede mantener el pañal en la siesta, y, por último (puede tardar
algún tiempo), se dejará el pañal nocturno. Recordad que no hay prisa, hay que
estar atentos a las señales y respetar su proceso de maduración.
En
ocasiones, una retirada excesivamente temprana puede provocar alguna dificultad,
como estreñimiento, excesivo aguante… También se darán múltiples escapes. Es
importante mantener la decisión de retirar el pañal si ya la hemos puesto en
marcha, no es conveniente alternar periodos con pañal y otros sin él.[1]
El control de esfínteres es un hito más en el desarrollo de los niños
y niñas, debemos afrontarlo con tranquilidad, respetando los tiempos que cada
uno necesite.
POSIBLES DIFICULTADES[2]:
En
ocasiones, aparecen algunas dificultades que van más allá del propio control de
esfínteres, y tienen que ver con otros factores. Por ejemplo:
No se quiere sentar en el orinal: Si bien la mayoría de los niños y niñas
quieren sentarse en el orinal o en el váter, no a todos les llama la atención o
les parece atractivo. El orinal es un objeto que está frio, hay un “agujero”
que no da estabilidad…
¿Qué podemos hacer?
En primer lugar, no obligarle, como ya hemos dicho, es importante que sea un
momento agradable. Es conveniente hacer uso de cuentos, para normalizar
el hecho de sentarse en el orinal, e incluso permitir que nos acompañe cuando
nosotros hagamos uso del mismo. En ocasiones, este rechazo está relacionado con
la “sensación” de sentarse desnudo, por lo que debemos animarle a descubrir
distintas sensaciones. Podemos comenzar con manipulación de distintas masas
(Plastilina, masa de sal, arena lunar...), pintura de dedos, incluso comer algún
alimento con las manos.
También
es posible utilizar el momento del baño para que se siente desnudo, o solo con
el pañal en alguna superficie (una silla, por ejemplo), mientras llenamos la
bañera, o para ayudarnos a desvestirle. De esta forma, haremos que vaya sintiendo
una sensación similar, sin forzar el uso del orinal.
Si
la presencia del orinal produce tensión, empezaremos por jugar con él
(fuera del contexto del baño). Se puede jugar a decorarlo, a que los muñecos
hagan caca… sin perder la funcionalidad del orinal, eso sí. Es decir, no jugar
a que es un sombrero, o un plato donde comen los muñecos. Es un orinal, y sirve
para hacer pis y caca.
Le da miedo hacer caca:
Muchos niños no quieren hacer caca en el váter o en el orinal. En ocasiones
tienen miedo al propio hecho de hacer caca (piensan que están perdiendo algo de
su cuerpo). Otras, lo que les preocupa es el váter en sí (por si se cuelan, o
si sale algo de él).
También
es posible que hayan tenido alguna situación de estreñimiento en la que les
haya dolido, y tengan miedo a ese dolor.
En
cualquier caso, es una situación que debemos ayudar a resolver, ya que
aguantarse las ganas de ir al baño, puede generar problemas de salud, y cuánto
más se aguante, más doloroso será luego, pudiendo causar fisuras.
¿Qué podemos hacer?
En primer lugar, es importante eliminar la tensión que esta situación produce.
No hay que regañar o castigar al niño por no querer hacer caca. Además de indicaciones
ofrecidas previamente (contar cuentos, decorar el orinal…), podemos jugar con plastilina
marrón, arcilla… a modelar distintos tipos de caca, dándole un tono divertido.
Es importante crear una rutina diaria. Es fundamental
ir todos los días al baño (no sólo para los niños). Es conveniente buscar un
momento del día, en el que estemos todos relajados para ir al baño. Este
momento no debe durar más de 5 minutos. Durante ese tiempo podemos leer cuentos
relacionados con el tema, o de otro tipo. Para evitar que el niño o la niña lo
viva como un castigo, también se puede dedicar ese tiempo a jugar con algo que
le guste, a pintar, a cantar…
Por
otra parte, podemos permitir que el niño nos acompañe cuando nosotros
hacemos caca. Esta pérdida de nuestra intimidad (que será algo temporal), nos
permite enseñarle que no pasa nada malo. Cuando hayamos terminado, podemos
decirle adiós a la caca juntos, dejamos que el tire de la cadena… y que vea que
puede ser algo divertido.
Por
último, puede ser conveniente aumentar la fibra en su dieta, de forma
que resulte más fácil ir al baño (o más difícil aguantarse las ganas). Podemos
añadir más frutas y verduras en su dieta y evitar alimentos que estriñen, como
el arroz, la zanahoria, plátano, manzana. Si fuera necesario, se puede acudir
al pediatra.
Bibliografía:
http://actividadesparaguarderia.blogspot.com/2019/06/dejar-el-panal-y-el-control-de.html
[1]
No siempre es sencillo interpretar las señales de cada niño. Puedes consultar a
la educadora de tu hija/o si tienes dudas, o han surgido dificultades en el
proceso.
[2]
El proceso de adquisición del control
de esfínteres puede ser largo, no dudéis en consultar con la educadora de
vuestra hija o hija, si aparecen dificultades, o si persisten en el tiempo.
PODÉIS DESCARGAR LA ENTRADA COMPLETA EN PDF EN EL SIGUIENTE ENLACE: DEJAMOS EL PAÑAL: acompañando el control de esfínteres
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